SEGUNDAS EXPEDICIONES – LA COLA DEL AVIÓN

Qué suerte tenés tú, Roberto, que podés caminar por los demás…Arturo Nogueira

Suspendidas las tareas de búsqueda del avión uruguayo estrellado en los Andes, la única esperanza de los supervivientes era encontrar ayuda por ellos mismos.

Creían que si encontraban las baterías que se encontraban en la cola del avión podrían poner en funcionamiento la radio de alta frecuencia, pero las primeras expediciones evidenciaron que necesitaban que mejorase el tiempo para poder resistir las gélidas noches a la intemperie.

Miércoles 15 de noviembre: 4ª Expedición

Pedro Algorta dijo que el 15 de noviembre llegaba el verano a los Andes, por lo que fue la fecha fijada para la salida de la 4ª expedición.

Esa mañana nevaba, pero sobre las siete partieron Nando Parrado, Roberto Canessa, Vizintín y Numa Turcatti.

La nevada arreció, y a las tres horas, estaban de vuelta en el avión.

Regresar al fuselaje fue una idea acertada, pues los dos siguientes días las condiciones meteorológicas fueron tan malas como las peores que recordaban, con intensas nevadas y ventiscas.

Viernes 17 de noviembre: Encuentran la cola del avión

Tras recibir un golpe en la pierna en días anteriores, Numa Turcatti causó baja en el equipo de expedicionarios. Comenzó a desarrollar una infección y tenía dos grandes bultos en la pierna. Apenas podía caminar sin sentir un gran dolor.

Nando Parrado, Roberto Canessa y Vizintín llenaron las mochilas con hígado, carne,una botella de agua y una manta de la señora Parrado.

Avanzaban rápidamente y cuesta abajo hacia el Nordeste cuando Canessa divisó la cola del avión y tomaron la decisión de caminar hacia ella.

La cola estaba rodeada de maletas, en las que encontraron pantalones, jerseys, calcetines y el equipo de esquiar de Panchito Abal.

También había una caja de bombones, un paquete de azúcar, una botella de ron, cartones de tabaco y tres empanadas de carne. Se comieron las empanadas y decidieron racionar el resto.

Encontraron las baterías del avión (de las que le había hablado Carlos Roque) y que les servirían para poner en funcionamiento la radio del avión.

Decidieron pasar allí la noche, y cocinaron carne con unas cajas de madera y revista que encontraron en la cola del avión.

A la mañana siguiente, con nuevos ropajes y más abrigados, volvieron a emprender la marcha en dirección Nordeste.

Caminaron todo el día, y cuando comenzó a oscurecer, se decidieron a pasar la noche donde se encontraban. Cavaron un hoyo en la nieve para protegerse y se cubrieron con las mantas que llevaban.

Nando Parrado en la cola

Las ropas y las mantas no fueron suficientes para resguardarlos del frío. A medida que avanzaba la noche la temperatura descendía y los tres comenzaron a helarse.

Cuando salió el sol, no habían conseguido pegar ojo en toda la noche. Bastante habían tenido con evitar morir congelados.

Conscientes de que no sobrevivirían a otra noche a la intemperie, decidieron iniciar el camino de regreso. Cogerían las baterías en la cola del avión y las llevarían al fuselaje para reparar la radio y pedir ayuda.

Al llegar de nuevo a la cola del avión se dieron cuenta de que las baterías eran demasiado pesadas para transportarlas hasta el fuselaje. Acordaron que sería más fácil desconectar la radio de la cabina de los pilotos y llevarla hasta la cola..

Vizintín descubrió que las tuberías del sistema de calefacción del avión estaban forradas con material aislante. Arrancó unos trozos pensando que sería un buen forro para su chaqueta.

Finalmente, idearon una especie de trineo con una maleta que les ayudaría a transportar hasta el avión la nueva ropa, los pocos víveres que habían encontrado y algunas medicinas que había en la cola.

Mientras tanto, los amigos que se habían quedado en el fuselaje, calculaban que los tres expedicionarios ya habrían encontrado ayuda. No pudieron disimular su decepción cuando los vieron llegar arrastrando el trineo.

“No lo hubiéramos conseguido por ese camino. El valle no tuerce; sigue hacia el Este. Pero hemos encontrado la cola y las baterías. Todo lo que tenemos que hacer es llevarnos la radio hasta allí”, dijo Canessa.

Viernes 24 de noviembre: Llevan la radio a la cola del avión

Roberto Canessa, Vizintín, Nando Parrado y Roy Harley parten hacia la cola del avión para intentar conectar la radio de alta frecuencia (que previamente habían desconectado de la cabina del avión) a las baterías que habían encontrado en la cola.

Tuvieron que convencer a Roy Harley (al que consideraban el único capaz de hacer funcionar la radio pues estudiaba ingeniería) que lloraba ante la sola idea de alejarse de la protección del fuselaje debido a su gran debilidad física y psicológica.

Avanzaron rápidamente cuesta abajo hasta la cola (solo tardaron hora y media en llegar). Por el camino encontraron una maleta de la madre de Parrado (dentro había algunos dulces y dos coca-colas).

En la cola encontraron nuevos tesoros entre el equipaje: una cámara fotográfica y dos botellas de ron.

Roy Harley y Canessa se pusieron manos a la obra para intentar conectar la radio de alta frecuencia a las baterías en cuanto amaneció al día siguiente.
Al principio no parecía ser muy difícil, pero debían conectar una gran maraña de cables… y realmente no tenían la más remota idea de cómo debían hacerlo.

Mientras tanto, Parrado y Vizintín rebuscaban en las maletas y revisaban los restos del avión.

Al tercer día se dieron cuenta de que tardarían más de lo esperado en reparar la radio y no tenían suficiente comida para los cuatro.
Decidieron que Nando Parrado y Vizintín debían regresar al avión para que Canessa y Harley pudiesen permanecer en el avión intentando reparar la radio.

Llegaron al fuselaje (no con poco esfuerzo) y se dedicaron durante dos días a cortar carne para llevársela a la cola del avión a Canessa y Harley.

Canessa y Harley se volvieron locos probando distintas combinaciones con cables… pero nunca consiguieron que la radio de alta frecuencia funcionase.
Sí que consiguieron sintonizar alguna emisora de radio, y escucharon música mientras trabajaban.

Vizintín se entretenía arrancando el material que envolvía las tuberías de la calefacción del avión, que era un material muy ligero pero aislante. Pensó que podrían utilizarlo para coser un saco de dormir que resolvería uno de los mayores problemas que tenían en sus expediciones: dormir al raso.

De pronto, los cuatro oyeron la noticia que anunciaba que iba a ser reanudada la búsqueda por un C-47 de la Fuerza Aérea Uruguaya.

Harley y Canessa se volvieron locos de alegría y esperanza. Nando Parrado y Vizintín recibieron la noticia con escepticismo.

Cuando finalmente se resignaron a aceptar que jamás conseguirían reparar la radio, decidieron volver al fuselaje.

Cargaron sus mochilas con más cigarrillos y el material aislante de los conductos de la calefacción y emprendieron la marcha.

El ascenso, tal y como era de esperar fue extremadamente duro, en especial para Roy Harley, que estaba al límite de sus fuerzas. A pesar de que descansaban cada 30 pasos para tomar aliento, Roy caía desplomado de agotamiento y desesperación sobre la nieve. Lloraba y rogaba que lo dejasen morir allí.

Parrado no lo abandonaba. Le insultaba para hacerle reaccionar. Funcionó… pero en el tramo final no tuvo más remedio que cargar a Roy y lo llevo hasta el fuselaje del Fairchild.

Tras ocho días en la cola del avión, los 13 amigos que les esperaban en el fuselaje presentaban un aspecto desastroso. Estaban escuálidos y deprimidos. Había huesos y cráneos abiertos esparcidos en los alrededores del avión.

Los expedicionarios seguían convencidos de que debían volver a salir para buscar ayuda, pero necesitaban encontrar una solución para no morir congelados en las gélidas noches en la montaña.

Dedicaron los siguientes días a esperar a que el tiempo mejorase mientras se preparaban para la expedición final.

 

Las segundas expediciones en La sociedad de la nieve

En la película La sociedad de la nieve no se muestra ese primer intento de salida hacia Argentina, que se frustró por culpa del mal tiempo.
En esa salida, Numa Turcatti todavía formaba parte del equipo de expedicionarios.

Días después, cuando repitieron el intento, Numa ya se encontraba en malas condiciones y causó baja para esa nueva expedición, pero lo que se escenifica en la película es que Numa intenta hacer esa expedición y se ve obligado a regresar el avión una vez emprendida la marcha.

Salen 4 voluntarios hacia Argentina
Numa causa baja en el equipo de expedicionarios

Tal y como sucedió en la realidad, en vez de llegar a Argentina, lo que encontraron fue la cola del avión (y las baterías), lo que les llevó a realizar una tercera expedición de nuevo a la cola del avión (junto a Roy Harley) para tratar de hacer funcionar la radio.

Encuentran la cola del avión
Deciden transportar la radio hasta la cola

Los intentos de hacer funcionar la radio fueron infructuosos, por lo que resignados, volvieron al fuselaje, no sin antes dejar un mensaje (que también dejaron en la vida real) por si alguien encontraba la cola del avión y llevando con ellos el material aislante que Tintín encontró y sirvió para coser el saco de dormir.

Intentan arreglar la radio del avión
Tintín encuentra el material aislante
Dejan un mensaje en la cola del avión